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Buenas prácticas

La flota atunera española invierte más de 17 millones de euros en 28 proyectos para optimizar la sostenibilidad de la pesquería de atún tropical

La flota atunera española, agrupada en OPAGAC-AGAC, ha acometido en los últimos cuatro años 28 proyectos de investigación, directos o en colaboración con terceros, para minimizar el impacto de la pesquería de cerco atunero en el ecosistema y garantizar la sostenibilidad biológica del atún tropical en los tres océanos en los que opera (Atlántico, Índico y Pacífico). La flota española de cerco, que ha invertido 17,3 millones de euros en su realización, ha basado los proyectos en datos reales de campo obtenidos desde los propios buques durante su actividad y se convierte así en una de las más transparentes del mundo, al aportar y compartir información con más de una decena de entidades, al margen de los datos requeridos oficialmente por los organismos reguladores de esta pesquería.

Los proyectos abordados por la flota durante este tiempo han girado en torno a diversos temas, tales como estudios científicos para facilitar la evaluación de las poblaciones de atún tropical, estimaciones de capturas por especie y tamaño, revisión de los sistemas de recopilación, gestión y notificación de datos de capturas, capturas incidentales y creación de herramientas para su liberación, nuevos materiales para la creación de FADS (dispositivos concentradores de peces) no enmallantes y biodegradables, y modelos de reciclaje y reutilización de redes. Asimismo, como fruto de su conocimiento práctico, la flota también ha participado en propuestas de modelos alternativos de gestión a distintas Organizaciones Regionales de Pesca (ORP)[1].

Igualmente, y tal como se ha indicado, la flota ha colaborado y compartido datos de su actividad con más de una decena de organismos involucrados, directa o indirectamente, en la pesquería de atún tropical, tales como las propias ORP y sus comités científicos; con organismos científicos, como el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y AZTI; y gobiernos como el español, responsables de la gestión de sus flotas. En este sentido, la flota atunera española cumple con los requisitos internacionales y nacionales de entrega de información, e incluso comparte datos con una mayor resolución de lo requerido para facilitar estudios científicos más precisos.

Reducir al máximo las capturas incidentales

Durante este año 2022, la flota atunera tiene previsto poner en marcha cuatro nuevos proyectos, que se sumarán a la continuación de los ya iniciados en años anteriores. Este año, uno de los más destacados es el desarrollado, en colaboración con AZTI, para evaluar el índice de mortalidad de especies capturadas incidentalmente durante la actividad pesquera, principalmente tiburones, rayas y tortugas.

El estudio, además de utilizar la marcación de los ejemplares para poder hacer un seguimiento de su actividad tras ser liberados, también analizará los índices de ácido láctico de estos ejemplares con el fin de determinar la probabilidad de mortandad. El objetivo de la flota es reforzar con estos proyectos su Código de Buenas Prácticas para reducir al máximo la mortalidad de estas capturas incidentales, si bien el arte de cerco atunero es de los más selectivos y con menores porcentajes de este tipo de captura.

De hecho, según los datos aportados por la flota a la Comisión del Atún del Océano Índico (IOTC, por sus siglas en inglés), la tasa de mortalidad se sitúa en el 0,15% en el caso de tiburones, mantas y rayas (denominados genéricamente condrictios) del total de estas especies capturadas en dicho océano, en menos del 0,3% en el caso de las tortugas, y en cero para los mamíferos y aves marinas. Además, en el caso del tiburón sedoso, la especie de captura incidental más importante de los cerqueros, la tasa de mortalidad es sólo del 1,3% del total de capturas de esta especie en el Océano Índico.

Cabe destacar que son los propios pescadores de la flota atunera quienes en muchas ocasiones sugieren a los científicos y armadores posibles soluciones para minimizar la captura incidental o mejorar el diseño de FADs, aprovechando el conocimiento y la experiencia adquiridos en el desarrollo de la actividad pesquera. Esta proactividad nace, señala la flota, del interés de este colectivo por mantener las poblaciones de atún en condiciones óptimas de sostenibilidad dado que son los primeros perjudicados en caso de romperse el equilibrio. Estas propuestas se complementan con la información obtenida de los observadores de a bordo, bien humanos o electrónicos, que cubren al 100% la actividad de flota atunera española, y se inscriben en el Código de Buenas Prácticas puesto en marcha por la flota de forma voluntaria en 2012.

Según Julio Morón, director gerente de OPAGAC, “una de las lacras de la actividad pesquera mundial es la opacidad de datos o, en su defecto, la falta de mecanismos de validación suficientemente fiables. La flota española –añade Morón– sigue trabajando para mejorar su transparencia y facilitar la mejor información necesaria para hacer una gestión responsable de los recursos de los que depende la vida de nuestros pescadores y la viabilidad de nuestras compañías”.

“En plena época del Big Data y la analítica de datos, –termina diciendo Morón–, los gobiernos y los organismos reguladores deberían plantearse seriamente qué hacer con los actores de otras flotas que, a sabiendas de todos, juegan a la opacidad ocultando información básica de sus capturas, tanto objetivo como accidentales, y se oponen sistemáticamente a aumentar la cobertura de observadores, que en algunas flotas es del 0%, frente al 100% de nuestros barcos”.  

[1] Atlántico: Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA)

Índico: Comisión de Túnidos del Océano Índico (CTOI)

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