OPAGAC emprende las primeras acciones del Proyecto de Mejora de Pesquería (FIP, por sus siglas en inglés), desarrollado conjuntamente con WWF, comenzando el camino para conseguir la sostenibilidad de sus capturas, que representan actualmente el 6% de las mundiales.

Con este proyecto, OPAGAC (Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores) avanza hacia el objetivo de lograr la certificación integral y sostenible del Marine Stewardship Council (MSC) en un plazo de cinco años, lo que supondría que más del 20% del atún tropical que se captura en el globo estará, a corto plazo, certificado por este organismo.

A este respecto, el objetivo de OPAGAC es obtener la certificación MSC para el conjunto de su pesquería de cerco, incluyendo todos los tipos de pesca: banco libre, banco asociado (FAD) y otros tipos de bancos. Hasta la fecha MSC ha certificado sólo las capturas de flotas de cerco a banco libre u objetos anclados, ignorando el hecho de que esas mismas flotas realizan la mayor parte de sus capturas utilizando FAD.

Julio Morón, director gerente de OPAGAC, afirma que “el hecho de que podamos comercializar toda nuestra producción de atún tropical como producto FIP implica que la distribución ya puede ofrecer a los consumidores un producto elaborado con una materia prima que procede de una flota responsable que trabaja activamente por su sostenibilidad”.

 Según José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF España, “la presión sobre las pesquerías de túnidos tropicales es cada vez mayor y es urgente emprender medidas que aseguren su sostenibilidad. A través del FIP, OPAGAC se compromete firmemente, junto a WWF y otros actores, para conseguirlo”.

El Proyecto de Mejora de Pesquería de la organización atunera española se basa en tres puntos fundamentales: la optimización de la gestión de las ORP (Organizaciones Regionales de Pesca), la adopción de medidas concretas en la práctica del arte de cerco atunero que aseguren la sostenibilidad de los túnidos tropicales y el menor impacto de este arte de pesca en el ecosistema, y la mejora de la gobernabilidad desde los países costeros, incluyendo la lucha contra la pesca ilegal.

Camino recorrido

Hasta la fecha, OPAGAC ha cubierto plenamente algunos de los aspectos más relevantes del FIP, como son el seguimiento integral de las actividades de pesca, la implantación de un código de buenas prácticas, la formación de tripulantes y los programas específicos dirigidos a la reducción del impacto de su actividad en el ecosistema marino y, de manera específica, sus efectos sobre especies no objetivo. La organización española ha invertido cerca de 5 millones de euros en el desarrollo de estos programas, verificados por AZTI, centro tecnológico experto en innovación marina y alimentación, perteneciente a la corporación Tecnalia.

Estos programas incluyen la instalación de sistemas de seguimiento por satélite (VMS) en el 100% de la flota y la inspección por observadores a bordo de las actividades de sus 40 buques cerqueros. También se han llevado a cabo programas piloto de observación electrónica, como los desarrollados en las islas Seychelles. Además, todos los buques de la flota utilizan dispositivos de agregación de peces (FAD, por sus siglas en inglés) no enmallantes, que reducen de manera significativa las capturas de especies no objetivo, y se están realizando estudios para la utilización de FAD biodegradables, que reducirían prácticamente a cero la captura de especies accesorias.

Marcos regulatorios eficaces

A pesar de estos esfuerzos, ciertas poblaciones de atunes tropicales están aún sobreexplotadas, tales como el atún patudo del Pacífico Occidental y Atlántico y el atún de aleta amarilla del océano Índico. Esta situación se debe fundamentalmente a una gestión inadecuada de las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP). Con la puesta en marcha del FIP, OPAGAC promoverá la adopción por estos organismos de Normas de Control de Capturas y, en caso necesario, planes de recuperación de estas poblaciones que se encuentran en estado de sobrepesca o sobreexplotación.

Otros dos problemas añadidos son, por un lado, la falta de capacidad de muchos países en vías de desarrollo para establecer mecanismos de control del cumplimiento a nivel nacional y, por otro, la falta de voluntad de muchos de los miembros de las ORP para penalizar los casos de no cumplimiento.

Para paliar esta problemática, la labor de OPAGAC, a través del FIP, es promover la creación de marcos regulatorios eficaces en las ORP y, para conseguirlo, colaborará tanto con la Unión Europea, como con los miembros de las Organizaciones Regionales de Pesca.