Julio Morón, director gerente de OPAGAC, organización que aglutina a la flota atunera española, trasladó al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, su deseo de que el premio “Alimentos de España”, con el que se reconoció a la certificación Atún de Pesca Responsable (APR) AENOR, ayude a revisar la política europea sobre importaciones de productos pesqueros de países terceros. Así se lo trasladó Morón al ministro durante el acto de entrega del premio, manifestándole su deseo de que esta distinción sirva para trasladar a Europa todos los valores que compila este sello, en cuanto a sostenibilidad y responsabilidad social de un producto pesquero, y que, a su juicio, debería ser el mismo para cualquier otro destinado al consumo por parte de los ciudadanos europeos.

En este sentido, la flota ya ha llamado la atención en varias ocasiones sobre la indiferencia de la UE al trato que reciben las tripulaciones de las flotas asiáticas, haciendo caso omiso a las mínimas condiciones establecidas en el Convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que no ha sido óbice a que las importaciones de atún provenientes de estos países -exentos de aranceles-, hayan pasado de representar el 5% en 2012 al 53% en 2019.

La certificación Atún de Pesca Responsable (APR) AENOR reconocido por el MAPA tiene un carácter internacional, abierto a todos los atuneros del mundo y garantiza que las condiciones sociales a bordo de los buques certificados cumplen con las condiciones de Trabajo Decente según el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 de la ONU, gracias a la aplicación del Convenio 188 de la OIT. En la actualidad, 65 barcos están certificados y capturan unas 450.000 toneladas de atún tropical, algo menos del 10% de la captura mundial (5,2 millones de toneladas), por lo que, a juicio de OPAGAC, queda mucho recorrido para que el resto de la flota mundial presente garantías de sostenibilidad social a los distribuidores y los consumidores.

Según Julio Morón, “siempre es una satisfacción recibir un galardón y más uno como el de Alimentos de España, pero va siendo necesario que todo el esfuerzo que lleva aparejado se comience a reflejar en las decisiones políticas. En la pesca –añade Morón–, hay que penalizar a quien no cumple las reglas, como es el caso de algunas flotas asiáticas, que además de tener poca consideración por la sostenibilidad, tanto social como ambiental, pone en serio peligro la viabilidad económica de las flotas escrupulosas con la ley por su competencia desleal. Es hora de que la distribución sea responsable ofreciendo al consumidor garantías que sus productos no están producidos bajo trabajos forzados o esclavitud moderna”.