La flota atunera española ha expresado su satisfacción por la eficacia de las medidas de conservación y ordenación aplicadas en 2020 a las poblaciones de atún tropical por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), ante la próxima celebración de la reunión anual de esta organización del 15 al 23 de noviembre. La flota valora, especialmente, el resultado del primer año de aplicación del programa de recuperación del patudo al no rebasarse la cuota de 62.500 toneladas para 2020.

Cabe recordar que, en 2019, ICCAT estableció un programa de recuperación a 15 años (2020-2034) para el patudo, una especie sometida a gran presión en el Atlántico, señala la flota, como consecuencia de la entrada de nuevos buques abanderados en terceros países, fundamentalmente asiáticos. Con el objetivo de alcanzar el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) con una probabilidad de más del 50%, ICCAT estableció un TAC de 62.500 toneladas para 2020, un límite que alcanzó las 56.432 toneladas, según los datos estimados de captura del año pasado.

De cara a la reunión de este año, la flota española reitera la importancia de que la gestión de las tres especies de túnidos tropicales (rabil, listado y patudo) sea diseñada de manera conjunta. Esto implica, señala, que la gestión de una de las poblaciones contemple la aplicación de medidas consecuentes para minimizar el impacto sobre los otros dos stocks.

La flota solicita, además, reducir de tres a un mes la prohibición de la pesca con dispositivos concentradores de peces (FAD, por sus siglas en inglés) empleados por los barcos cerqueros. Asimismo, insiste en la necesidad de exigir el 100% de cobertura de observadores (ya sean humanos y/o electrónicos) para todas las pesquerías, como ya cumple la flota cerquera española, y poner fin así al agravio comparativo del 10% exigido para la flota de palangre antes de 2022.

Según Julio Morón, director gerente de la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC), “siempre hemos defendido la labor de las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), como ICCAT, para garantizar una actividad pesquera sostenible y, de hecho, resultados como el del patudo en el Atlántico lo corroboran. No obstante, -añade Morón-, los principales enemigos de las ORPs son ciertos países interesados en continuar expandiendo su flota, de ahí que sea necesaria una mayor voluntad del conjunto de los Estados que conforman estas organizaciones, para colaborar de forma efectiva en la gestión de los recursos y garantizar la efectividad de las medidas a través de mecanismos de control más eficaces”.

En la senda de la recuperación

La flota señala como ejemplo de la efectividad de las medidas de gestión aplicadas por las ORPs el resultado de la actualización de la Lista Roja de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), publicada el pasado septiembre y según la cual cuatro especies de atún están en vía de recuperación.

En la actualización de la Lista Roja, se reevaluaron las siete especies de atún más pescadas comercialmente. Cuatro de ellas mostraron signos de recuperación debido, entre otros factores, al establecimiento de cuotas y de un control más exhaustivo del cumplimiento de las medidas de gestión. Entre estas especies, se encuentran el atún de aleta amarilla o rabil (Thunnus albacares) y el atún blanco o bonito del norte (Thunnus alalunga) que cambian de la categoría “casi amenazado” a “preocupación menor”.