El sello APR (Atún de Pesca Responsable – APR AENOR) de la flota atunera española, agrupada en OPAGAC, sigue extendiéndose en los lineales de las grandes superficies españolas. De hecho, este año 2022, los consumidores, además de poder encontrarlo en más de 38 millones de las populares latas de atún, también pueden elegir este certificado en más de 11 millones de unidades de preparados de esta especie, tales como tataki, ventresca, hamburguesa o filetes de atún.

Así se desprende de las cifras facilitadas por las principales marcas que comercializan estos productos, tales como Isabel, Campos o Atunlo. En concreto, el grupo gallego Atunlo, especializado en la comercialización de nuevos preparados de atún, mencionados anteriormente, en cadenas como Hipercor, El Corté Inglés, Alcampo o Ahorramas, pondrá en el mercado más de 11,5 millones de unidades de sus productos respaldados por el sello APR, tanto fuera como dentro de España. Esta cifra representa un crecimiento del 169% respecto a los 4,2 millones de unidades comercializadas en 2021.

Igualmente, y en lo que se refiere a latas de atún, las marcas Campos e Isabel incrementarán de media la comercialización de sus productos con sello APR más de un 15%. Así, y en el caso de Campos lo hará un 26%, pasando de los 4,9 millones de latas de 2021 a 6,1 millones de este año. Por su parte, Isabel, que comercializó 30 millones de latas en 2021, aumentará su oferta hasta 31,5 millones este año, tanto en lo que se refiere a los diferentes formatos de latas de atún como a ensaladas.

En relación con el producto destinado a la industria transformadora, el certificado APR también crecerá durante 2022. En concreto, Atunlo destinará 7.500 toneladas de lomos de atún crudos con este certificado a esta industria, frente a las 6.730 toneladas de 2021 (+11,4%). El grupo también destinará 13.000 toneladas de lomos precocidos APR a la industria conservera, igual cifra que en 2021.

Por último, la certificación de la flota atunera española también coloniza los lineales fuera de nuestro país. En concreto, Atunlo prevé hacer crecer más de 5 puntos la producción destinada a Estados Unidos (8-10% del total) en 2022, y hacerlo también en torno a los 10 puntos (40-45%), en el caso del mercado comunitario y de Reino Unido.

Un sello pionero a nivel mundial

Cabe recordar que, en 2019, los consumidores españoles se convirtieron en los primeros del mundo en disponer en el mercado de latas de atún con este sello de carácter voluntario y resultado de una iniciativa de la flota atunera española, agrupada en la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC).

Este distintivo garantiza a distribuidores y consumidores que el atún que comercializan o consumen es capturado conforme a los mejores estándares en materia medioambiental y sociolaboral, incluso por encima de los requisitos legales. En concreto y en el ámbito pesquero, el certificado asegura el control de la actividad, las buenas prácticas a bordo de los buques para una pesca responsable comprobado gracias a la cobertura de observadores en el 100% de las mareas de los barcos, el control marítimo y sanitario y el cumplimiento de las condiciones sociales y de seguridad en el trabajo, conforme al Convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Por último y según un estudio desarrollado por Deloitte sobre estímulos de compra de los ciudadanos europeos (2020), la procedencia sostenible de los productos pesqueros se ha convertido, por primera vez, en un factor más importante que el precio a la hora de adquirir productos pesqueros. De hecho, según este estudio, este factor es el quinto para los consumidores europeos, con 3,8 puntos, frente a los 3,7 del precio. Este mismo estudio apunta que el 76% de los consumidores españoles ha modificado sus hábitos de compra hacia productos pesqueros responsables desde el punto de vista social y ambiental.

Según Julio Morón, director gerente de OPAGAC, “la evolución de las ventas de atún APR en los lineales, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, refleja que la sostenibilidad de la procedencia de los productos pesqueros es cada vez más demandada por los consumidores. Obviamente –agrega Morón–, nos satisface enormemente ya que demuestra que el proyecto APR, que arrancamos voluntariamente en 2016, además de pionero, ha sido un acierto. Pero, además, –termina diciendo Julio Morón–, agradecemos a la industria, la distribución comercial y los consumidores esta decisión, ya que nos permite unir fuerzas contra el drama inaceptable de las condiciones de trabajo a bordo de algunas flotas asiáticas en niveles de semi-esclavitud”.